Pentecostes 1936
San Isidro
“Que grande é Deus!
Esta é a primeira exclamação que sai de um coração deveras enamorado de Jesus, quando à vista do mundo exterior que rodeia o monge, contempla as maravilhas da criação.
Que grande é Deus!
Volta a exclamar quando, cerrando os olhos a tudo que é criatura, a tudo que é externo, concentra a vista em sua própria alma, busca-O em seu coração e se retira ao silêncio.
Que grande é Deus!
Eis aqui a única, a contínua meditação deste Trapista, que segue a sua Regra em silêncio, bem ou mal. Ao fim de tudo é homem imperfeito, mas isso não importa... Que se pode esperar de um barro com tanta aspereza? Não importa, se ainda em meio de suas fraquezas e de suas misérias e com os olhos ainda carregados de sonho canta no coro: que grande é Deus!
Que grande é Deus!
Quando a lei de sua vida, que é a lei de Deus, lhe chama ao trabalho e, encurvado, se agacha suado sobre a terra.
Que grande é Deus!
Quando no silêncio dos claustros, espera com fé e com rosto serenoa que o Senhor lhe chame.
Que grande é Deus!
E quando por último se vai escondendo o sol e acabando o dia, e esse Trapista para terminar a jornada se prostra ante a Virgem Maria e ante seus pés põe as obras do dia.
Que grande é Deus!”
En español
“¡Qué grande es Dios!
Ésa es la primera exclamación que sale de un corazón de veras enamorado de Jesús, cuando a la vista del mundo exterior que rodea al monje, contempla las maravillas de la creación.
¡Qué grande es Dios!
Vuelve a exclamar cuando, cerrando los ojos a todo lo que es criatura, a todo lo que es externo, reconcentra la vista en su propia alma, le busca en su corazón y se retira al silencio.
¡Qué grande es Dios!
He aquí la única, la continua meditación de ese trapense, que sigue su Regla en silencio, bien o mal. Al fin de todo es hombre imperfecto, pero eso no importa… ¿Qué se puede esperar de un barro con tanta aspereza? No importa, aun en medio de sus flaquezas y de sus miserias, cuando con los ojos aún cargados de sueño canta en el coro
¡qué grande es Dios!
¡Qué grande es Dios!
Cuando la ley de su vida, que es la ley de Dios, le llama al trabajo y, encorvado, se agacha sudoroso sobre la tierra.
¡Qué grande es Dios!
Cuando en el silencio de los claustros, espera con fe y con rostro sereno a que el Señor le llame.
¡Qué grande es Dios!
Y cuando por último se va ocultando el sol y acabando el día, y ese trapense para terminar la jornada se postra ante la Virgen María y ante sus pies pone las obras del día.
Esta é a primeira exclamação que sai de um coração deveras enamorado de Jesus, quando à vista do mundo exterior que rodeia o monge, contempla as maravilhas da criação.
Que grande é Deus!
Volta a exclamar quando, cerrando os olhos a tudo que é criatura, a tudo que é externo, concentra a vista em sua própria alma, busca-O em seu coração e se retira ao silêncio.
Que grande é Deus!
Eis aqui a única, a contínua meditação deste Trapista, que segue a sua Regra em silêncio, bem ou mal. Ao fim de tudo é homem imperfeito, mas isso não importa... Que se pode esperar de um barro com tanta aspereza? Não importa, se ainda em meio de suas fraquezas e de suas misérias e com os olhos ainda carregados de sonho canta no coro: que grande é Deus!
Que grande é Deus!
Quando a lei de sua vida, que é a lei de Deus, lhe chama ao trabalho e, encurvado, se agacha suado sobre a terra.
Que grande é Deus!
Quando no silêncio dos claustros, espera com fé e com rosto serenoa que o Senhor lhe chame.
Que grande é Deus!
E quando por último se vai escondendo o sol e acabando o dia, e esse Trapista para terminar a jornada se prostra ante a Virgem Maria e ante seus pés põe as obras do dia.
Que grande é Deus!”
En español
“¡Qué grande es Dios!
Ésa es la primera exclamación que sale de un corazón de veras enamorado de Jesús, cuando a la vista del mundo exterior que rodea al monje, contempla las maravillas de la creación.
¡Qué grande es Dios!
Vuelve a exclamar cuando, cerrando los ojos a todo lo que es criatura, a todo lo que es externo, reconcentra la vista en su propia alma, le busca en su corazón y se retira al silencio.
¡Qué grande es Dios!
He aquí la única, la continua meditación de ese trapense, que sigue su Regla en silencio, bien o mal. Al fin de todo es hombre imperfecto, pero eso no importa… ¿Qué se puede esperar de un barro con tanta aspereza? No importa, aun en medio de sus flaquezas y de sus miserias, cuando con los ojos aún cargados de sueño canta en el coro
¡qué grande es Dios!
¡Qué grande es Dios!
Cuando la ley de su vida, que es la ley de Dios, le llama al trabajo y, encorvado, se agacha sudoroso sobre la tierra.
¡Qué grande es Dios!
Cuando en el silencio de los claustros, espera con fe y con rostro sereno a que el Señor le llame.
¡Qué grande es Dios!
Y cuando por último se va ocultando el sol y acabando el día, y ese trapense para terminar la jornada se postra ante la Virgen María y ante sus pies pone las obras del día.
¡Qué grande es Dios!”
Dos escritos de Rafael
Meditações de um Trapista
Hola !
ResponderExcluirSoy Emily,me presento,estoy aqui por que la verdad me ha enternecido el alma leer las palabras del Beato Rafael tanto tambien como leer su vida,he aprovechado algunos de sus escritos para subirlos a mi pagina espero que no moleste por que este el unico site que pude encontrar tantas cosas sobre el! :D
DIOS LOS COLME DE BENDICIONES,SALUDOS DESDE ARGENTINA.
Hola hermanita! Qué alegría tu visita!Qué alegría tus palabras!Lo sítio de Rafael es de todos. Tranquila que no molestas en nada. Rafael es para todos en todo.El te bendiga siempre.
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