Que Bom é Jesus!
“Que bom é Jesus! Ele te manda aproximar-te Dele com um terno olhar, contar-Lhe tuas coisas, consolar-Lhe. Ele preenche tudo. Que bom é Jesus! Então, não há penas nem alegrias, não sabemos que dizer, não podemos… E Ele então fala à alma com uma doçura tão grande… Que bom é Jesus! E como nos quer…Ainda na secura, que bom é também Jesus!
A Jesus fui contar-Lhe tudo como sempre. Jesus me deu a entender que me quer tanto… Que bom é Jesus! Ele me quer assim como sou…Não o entendo, Bom Jesus… Que bom és! Saí tão contente de haver estado com Jesus, que me deu ganas de abraçar o sacristão. Que feliz sou! Como Jesus me quer! Que bom é Jesus!
Que nossa vida seja um contínuo ato de amor a Jesus!”.
Irmão Rafael Arnáiz
Cartas, C(96)-356; (100)-394
En español:
Qué bueno es Jesús!
“¡Qué bueno es Jesús! Él te manda con una tierna mirada acercarte, contarle tus cosas, consolarle. Él lo llena todo. ¡Qué bueno es Jesús! Entonces no hay penas ni alegrías, no sabemos qué decir, pues no podemos… Y Él entonces habla al alma con una dulzura tan grande…¡Qué bueno es Jesús! Y cómo nos quiere…Aún en sequedad, ¡qué bueno es también Jesús!
A Jesús fui a contárselo todo como siempre. Jesús me dio a entender que me quiere tanto… ¡Qué bueno es Jesús! Él me quiere, así como soy…No lo entiendo Buen Jesús… ¡Qué bueno es! Salía tan contento de haber estado con Jesús, que me dieron ganas de abrazar al sacristán. ¡Qué feliz soy! ¡Cómo me quiere Jesús! ¡Qué bueno es Jesús!
¡Que nuestra vida sea un contínuo acto de amor a Jesús!”.
A Jesus fui contar-Lhe tudo como sempre. Jesus me deu a entender que me quer tanto… Que bom é Jesus! Ele me quer assim como sou…Não o entendo, Bom Jesus… Que bom és! Saí tão contente de haver estado com Jesus, que me deu ganas de abraçar o sacristão. Que feliz sou! Como Jesus me quer! Que bom é Jesus!
Que nossa vida seja um contínuo ato de amor a Jesus!”.
Irmão Rafael Arnáiz
Cartas, C(96)-356; (100)-394
En español:
Qué bueno es Jesús!
“¡Qué bueno es Jesús! Él te manda con una tierna mirada acercarte, contarle tus cosas, consolarle. Él lo llena todo. ¡Qué bueno es Jesús! Entonces no hay penas ni alegrías, no sabemos qué decir, pues no podemos… Y Él entonces habla al alma con una dulzura tan grande…¡Qué bueno es Jesús! Y cómo nos quiere…Aún en sequedad, ¡qué bueno es también Jesús!
A Jesús fui a contárselo todo como siempre. Jesús me dio a entender que me quiere tanto… ¡Qué bueno es Jesús! Él me quiere, así como soy…No lo entiendo Buen Jesús… ¡Qué bueno es! Salía tan contento de haber estado con Jesús, que me dieron ganas de abrazar al sacristán. ¡Qué feliz soy! ¡Cómo me quiere Jesús! ¡Qué bueno es Jesús!
¡Que nuestra vida sea un contínuo acto de amor a Jesús!”.
Hermano Rafael Arnáiz
Cartas, C(96)-356; (100)-394
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