sábado, 10 de outubro de 2009

CANONIZACIÓN BEATO RAFAEL ARNÁIZ – Del Abad de San Isidro de Dueñas, Dom Enrique Trigueros – Parte II





Del Abad de San Isidro de Dueñas, Dom Enrique Trigueros

Parte II

A esse Deus que o mundo não lhe podia dar, Rafael o buscará com paixão e, nessa busca apaixonada, pouco a pouco se lhe irá revelando: "Busca o Coração de Deus, que esse é insondável. Funde-te nele e não olhes nem busques outra coisa", dirá ele à Duquesa de Maqueda, "Só em Deus encontro o que busco... Busquei a 'Verdade' e não a achei. Busquei a 'caridade' e só vi faíscas nos homens... Busquei a paz e vi que não há paz na terra... Que buscas entre os homens, me diz? Que buscas na terra em que és peregrino?" diz em suas notas de consciência.

E esse Deus, que com tanta sinceridade buscava, ele chegará a encontrar com toda verdade, através da purificação que será para ele a enfermidade. Ele O reconhece e assim o manifestará em carta a Dom Félix Alonso:

"Eu buscava a Deus, mas também buscava às criaturas e me buscava a mim mesmo, e Deus me quer para Ele só... Minha vocação era de Deus e é de Deus, mas havia que purificá-la, havia que limar asperezas. Me dei ao Senhor com generosidade mas todavia não Lhe dei tudo; Lhe dei minha pessoa, minha alma, minha carreira, minha família, mas ainda faltava uma coisa, que eram as ilusões e os desejos, as esperanças de ser trapista, fazer meus votos e cantar Missa. Isso me sustentava na Trapa, mas Deus quer mais, quer sempre mais; tinha que "transformar-me", queria que somente seu amor me bastasse".

E essa transformação lhe foi chegando às mãos pela enfermidade, através da qual chegou à plenitude da busca de Deus encontrando-o pouco a pouco em todos os seus atributos. Certamente que no amor e na caridade será onde mais se deterá e sobre o que escreverá páginas belíssimas, mas também nos falará do temor de Deus e de sua misericórdia, abnegação e mansidão, de sua sabedoria e sua Providência..., tantos aspectos de sua intimidade com Deus, que é impossível recordar todos.

Mas sua experiência transformante em Deus, a descreveu em uma página altamente poética, em "Meu caderno", na meditação que intitula "Só Deus e eu". Quero terminar com esta bela página:

"Só Deus e eu"

“Mosteiro de homens..., casa de um dia. Monges penitentes..., aves que voam cantando. Flores e espinhos. Prantos e cruzes. Ventos e gelos. Hinos de alegria.

Momentos de angustia. Campainha, incenso... Tudo o que vibra, tudo o que rodeia a alma na vida... tudo é flor de um dia, que agora vem e logo se vai. Nada interessa à alma que não seja Cristo, nada a comove que não seja Deus, e esconde muito fundo, suas ânsias, suas penas, suas cruzes, seu amor.

No Mosteiro passam-se os dias... Que importa?... Só Deus e eu.

Vivo ainda na terra, rodeado de homens... Que importa?... Só Deus e eu.

E ao olhar o mundo, não vejo grandezas, não vejo misérias, não vejo as névoas, não distingo o solo... O mundo inteiro se reduz a um ponto; no ponto, há um Mosteiro, e no Mosteiro, só Deus e eu”.


Dom Enrique Trigueros
Abade de San Isidro de Dueñas
Fonte:Abadía Cisterciense Madre de Dios


En español:


Del Abad de San Isidro de Dueñas, Dom Enrique Trigueros

Parte II

A ese Dios que el mundo no le puede dar, Rafael lo buscará con pasión y en esa búsqueda apasionada poco a poco se le irá revelando: "Busca el Corazón de Dios, que ése es insondable. Húndete en Él, y no mires ni busques otra cosa" le dirá a la Duquesa de Maqueda, "Sólo en Dios encuentro lo que busco... Busqué la 'Verdad' y no la hallé. Busqué la 'caridad' y sólo vi en los hombres chispitas... Busqué la paz y vi que no hay paz en la tierra...¿Qué buscas entre los hombres, me dice? ¿Qué buscas en la tierra en la que eres peregrino?" dice en sus notas de conciencia.

Y ese Dios que con tanta sinceridad buscaba lo llegará a encontrar con toda verdad, a través de la purificación que será para él la enfermedad. Lo reconoce y así se lo manifestará en carta a Dom Félix Alonso:

"Yo buscaba a Dios, pero también buscaba a las criaturas y me buscaba a mí mismo, y Dios me quiere para Él sólo... Mi vocación era de Dios, y es de Dios, pero había que purificarla, había que limar asperezas. Me di al Señor, con generosidad, pero todavía no se lo daba todo; le di mi persona, mi alma, mi carrera, mi familia..., pero aún me quedaba una cosa, que eran las ilusiones y los deseos, las esperanzas de ser trapense, hacer mis votos y cantar Misa. Eso me sostenía en la Trapa, pero Dios quiere más, quiere siempre más; tenía que 'transformarme', quería que solamente su amor me bastara".

Y esa transformación le fue llegando de manos de la enfermedad, a través de la cual llegó a la plenitud de la búsqueda de Dios encontrándolo poco a poco en todos sus atributos. Por supuesto que en el amor y caridad será en donde más se detendrá y del que escribirá páginas bellísimas, pero también nos hablará del temor de Dios y de su misericordia, abnegación y mansedumbre, de su sabiduría y su Providencia..., tantos aspectos de su intimidad con Dios, que es impo¬sible recordarlos todos.

Pero su experiencia transformante en Dios, la describió en una página altamente poética, en "Mi cuaderno",en la meditación que titula "Sólo Dios y yo". Quiero terminar con esta bella página:

"Sólo Dios y yo"

“Monasterio de hombres..., casa de un día. Monjes penitentes..., aves que vuelan cantando. Flores y espinas. Llantos y cruces. Vientos y hielos. Himnos de alegría.

Momentos de angustia. Campana, incienso... Todo lo que vibra, todo lo que al alma en la vida rodea... todo es flor de un día, que ahora viene y luego se va. Nada la interesa que no sea Cristo, nada la conmueve que no sea Dios, y esconde muy hondo, sus ansias, sus penas, sus cruces, su amor.

En el monasterio pasan los días..., ¿qué importa?... Sólo Dios y yo.

Vivo aún en la tierra, rodeado de hombres... ¿qué importa... Sólo Dios y yo.

Y al mirar al mundo, no veo grandezas, no veo miserias, no veo las nieblas, no distingo el solo... El mundo entero se reduce a un punto..., en el punto, hay un Monasterio, y en el Monasterio.., sólo Dios y yo”.


Dom Enrique Trigueros
Abade de San Isidro de Dueñas
Fonte:Abadía Cisterciense Madre de Dios



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