sexta-feira, 9 de outubro de 2009

Irmão Rafael, jovem trapista que com sua alegria alcançou a santidade




Monge espanhol será canonizado este domingo pelo Papa Bento XVI

Irmão Rafael, jovem trapista que com sua alegria alcançou a santidade


ROMA, quarta-feira, 7 de outubro de 2009 (ZENIT.org) - É o mais jovem dos cinco Beatos que serão canonizados neste domingo. Morreu aos 27 anos. Também é quem viveu há menos tempo (1911-1938).

João Paulo II o propôs como modelo de santidade na Jornada Mundial da Juventude em Santiago de Compostela em 1989. Vários bispos espanhóis solicitaram que seja proclamado um dos “co-patronos” da JMJ que será realizada em Madri em agosto de 2011.

Uma juventude alegre e pura por sua vez. Cheia de inquietudes que soube encaminhar por meio de sua resposta ao ingressar ao Mosteiro de São Isidro de Dueñas. Uma vida monacal cheia de alegria em meio a sacrifícios e abnegações, onde, segundo ele, cada dia tinha um encanto diferente.

Comentários e escritos ricos de espiritualidade, e por sua vez simples e cheios de sentido do humor. Uma atitude dócil e abnegada frente à enfermidade são alguns elementos que refletiram a alma enamorada de Deus do beato María Rafael Arnáiz Barón, que será canonizado este domingo na praça de São Pedro por Bento XVI.

Nasceu em Burgos (Espanha) em 1911. Ali mesmo foi à escola com os padres jesuítas. Depois começou a estudar na Escola Superior de Arquitetura de Madri. Seus tios, os Duques de Maqueda, influenciaram no crescimento de sua fé.

Em 1932 realizou alguns exercícios espirituais onde descobriu que Deus lhe pedia que se fizesse monge trapista. Tinha 23 anos quando foi aceito no Mosteiro de São Isidro de Dueñas.

Passava horas escrevendo cartas, para sua mãe, tios e vários amigos. Compartilhava nelas suas experiências interiores: “esta vida, que pode parecer monótona, para mim tem tantos atrativos que não me canso momento algum. Cada hora é diferente pois ainda que exteriormente sigam iguais, interiormente não o são como não são iguais todas as missas”.

A vida simples que levava no Mosteiro se convertia também em motivo de uma alegria profunda que contagiava tanto a seus irmãos de comunidade como a seus familiares. “As lentilhas serão sempre lentilhas enquanto dure minha vida no Mosteiro mas apesar de tudo as como com muito gosto porque as tempero com duas coisas: com fome e com amor de Deus e assim não há alimento que me resista”, escrevia.

A Irmã Agustina Tescari, Postuladora da Causa do Irmão Rafael, destaca a maneira com que o jovem monge expressava seu amor a Deus e a sua vocação: “Um estilo pictórico porque descreve sua experiência como se estivesse pintando. Sua espiritualidade é muito simples, centrada sobre a Eucaristia, a grandeza e a bondade de Deus, no domínio de Deus sobre sua vida. Rafael O chamava “o Amo” e a Virgem “a Senhora”.

Com docilidade, o Irmão Rafael soube aceitar os misteriosos desígnios de Deus. No momento mais feliz de sua vida sua saúde se alterou. A febre aumentava e por isso o enviaram de regresso a casa de seus pais. Com o coração partido de dor deixou o Mosteiro. Saiu e entrou em três ocasiões até que se reincorporou em 1937. Foi a última vez que viu sua família.

Morreu em 26 de abril de 1938 de um coma diabético. Os últimos dias refletia sobre o mistério da dor como ponto de união com a Eternidade: “Meu centro é Deus e Deus crucificado. Meu centro é Jesus na cruz. Agarrado a meu crucifixo quisera morrer. O fim é a eterna possessão do dia. Do céu, mas isso será no céu”.


Carmen Elena Villa




En español:

Hermano Rafael, el joven trapense que con su alegría alcanzó la santidad

Este monje español será canonizado este domingo por el Papa Benedicto XVI


ROMA, miércoles 7 de octubre de 2009 (ZENIT.org) - Es el más joven de los cinco beatos que serán canonizados este domingo. Murió a los 27 años. También es quien que vivió hace más poco tiempo (1911 – 1938).

Juan Pablo II lo propuso como modelo de santidad en la Jornada Mundial de la Juventud en Santiago de Compostela en 1989. Varios Obispos españoles han solicitado que sea proclamado uno de los "copatrones" de la JMJ que se realizará en Madrid en agosto de 2011.

Una juventud alegre y pura a la vez. Llena de inquietudes que supo encaminar por medio de su respuesta al ingresar al Monasterio de San Isidro de Dueñas. Una vida monacal llena de alegría en medio de sacrificios y abnegaciones, donde, según él, cada día tenía un encanto distinto.

Comentarios y escritos ricos de espiritualidad, y a la vez sencillos y llenos de sentido del humor. Una actitud dócil y abnegada frente a la enfermedad son algunos elementos que reflejaron el alma enamorada de Dios del beato María Rafael Arnáiz Barón que será canonizado este domingo en la plaza de San Pedro por Benedicto XVI.

Nació en Burgos (España) en 1911. Allí mismo fue a la escuela con los padres Jesuitas. Después comenzó a estudiar en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Sus tíos, los Duques de Maqueda, influyeron en el crecimiento de su fe.

En 1932 realizó unos ejercicios espirituales donde descubrió que Dios le pedía hacerse monje trapense. Tenía 23 años cuando fue aceptado en el Monasterio de San Isidro de Dueñas.

Pasaba horas escribiendo cartas, a su madre, sus tíos y a varios amigos. Compartía en ellas sus experiencias interiores: “Para mí esta vida que parece monótona, tiene tantos atractivos que no me canso ni un momento. Cada hora es diferente pues aunque exteriormente siguen iguales, interiormente no lo son como no son iguales todas las misas”.

La vida sencilla que vivía en el Monasterio se convertía también en motivo de una alegría profunda que contagiaba tanto a sus hermanos de comunidad como a sus familiares. “Las lentejas serán siempre lentejas mientras dure mi vida en el monasterio pero a pesar de todo las como con mucho gusto, porque las sazono con dos cosas: con hambre y con amor de Dios y así no hay alimento que se me resista”, escribía.

La Hermana Agustina Tescari, Postuladora de la Causa del Hermano Rafael, destaca la manera con el que el joven monje expresaba su amor a Dios y a su vocación: “Un estilo pictórico porque describe su experiencia como si estuviese pintando. Su espiritualidad es muy sencilla, centrada sobre la eucaristía, la grandeza y la bondad de Dios, en el dominio de Dios sobre su vida. Lo llamaba “el Amo” y a la Virgen “la Señora”.

Con docilidad, el hermano Rafael supo aceptar los misteriosos designios de Dios. En el momento más feliz de su vida su salud se alteró. La fiebre aumentaba y por ello lo enviaron de regreso a la casa de sus padres. Con el corazón partido de dolor dejó el Monasterio. Salió y entró en tres ocasiones hasta que se reincorporó en 1937. Fue la última vez que vio a su familia.

Murió el 26 de abril de 1938 de un coma diabético. Los últimos días reflexionaba sobre el misterio del dolor como punto de unión con la Eternidad: “Mi centro es Dios y Dios crucificado. Mi centro es Jesús en la cruz. Agarrado a mi crucifijo quisiera morir. El fin es la eterna posesión del día. Del cielo pero eso será en el cielo”.


Carmen Elena Villa



Um comentário:

  1. Saludos desde México, qué buen blog ¿tiene el via crucis del H. Rafael? cuenten con mis oraciones.

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